Descubre por ti mismo lo que eres, y despierta a tu naturaleza interna.

Cuando el sonido se hace presente y las sensaciones se observan con intensidad, cuando observas neutralmente, sin nada que hacer, dejando que todo ocurra como lo hace siempre. Cuando no pones esfuerzo en hacer nada, sino que dejas que todo sea, sin creerte participe de lo que ocurre, sino siendo el testigo de lo que te rodea. Cuando te rindes a lo que siempre ha sido y dejas de atender a los murmullos de un espacio desconocido que has llamado mente, y empiezas a descubrir que nunca hiciste nada y que todo se hizo por si mismo, solo entonces, comienzas a despertar y a descubrir que eres libre y que nada precisa de tu aportación, no eres imprescindible para el mundo, este se cuida por si mismo, al igual que todo.

Cuando descubres esto, comienzas a vivir, no importa cuanto tiempo necesitaste para descubrir que nada precisa de tu voluntad, no importa si tuviste que hacer miles de ejercicios y de intentos tornados en frustración para darte cuenta de que al final, tu rendición a lo que es, es la única opción, finalmente y después de todo, este instante es la única recompensa posible, y aquí, no hay nada que hacer, pues en este instante, ahora mismo, no hay problema alguno.

La vida es el regalo que ocurre mientras te asocias a las ideas y conceptos que crees que pueden ayudar a tu cuerpo, pero ¿nunca te has preguntado?, ¿De donde vienen estos pensamientos?, curiosamente nunca lo haces por que estás tan acostumbrado a estar rodeado de esas hipotéticas imágenes mentales que no lo haces, crees que es normal, pero no es así. La mente serena y en quietud te muestra la fuente de tu naturaleza, tranquila y cercana a tu verdadera identidad, pero en nuestro olvido del alma, no prestas tu atención atención, por que quizás estas tan atareado con tu drama que que no atiendes al espacio que está ocurriendo en este instante. Pero observa que en este instante, aquí y ahora que lees estas palabras, no hay problema alguno.

Si por un momento te dieras el permiso de sentirte y de admirar lo que eres, más allá de tus conceptos y pensamientos y tan solo cierras los ojos y sientes como la respiración se da y tu no haces nada, como el corazón late y tu no tienes que hacer nada, te darías cuenta por ti mismo de lo que te comparto. Mientras atiendes a los ruidos de tu mente, tu mueres lentamente y lo más dramático de esto es que crees que esta muerte lenta, este divagar en la lavadora de la mente que no para de centrifugar, es tu verdadera identidad, es decir tu crees en el caos que alimentas con tu atención.

Observa a un gato, está presente, sin nada que hacer, obedece a los impulsos de su programación automatizada por su mente al igual que tu, pero no se asocia a eso, sino que está, es, y no hace nada más que lo que sus impulsos y necesidades automáticas le brindan hacer, su cuerpo actúa por si mismo al igual que todo en esta vida y esto es normal. Todo actúa por si mismo, aunque tu no quieras creerlo, por que a tu ego no se lo crea y le resulte simple e ilógico. Mientras que los animales, las plantas y la vida, simple y sencillamente, “es y está siendo”, y tu, crees que eres diferente. La soberbia del ego es así de manipuladora, mientras que todo en la vida es por si mismo, tu crees que eres singular, diferente y que la vida precisa de tu esfuerzo y aportación, pero amigo, esto no es así, tu eres libre y la vida ocurre en tu mente, y percibida e interpretada por las creencias y puntos de vistas que compras.

Tu no necesitas esforzarte para que tu corazón lata, no necesitas hacer nada para que el pelo de la cabeza crezca, no necesitas hacer nada para que tu cuerpo tome el aliento de la respiración. Tu eres libre y comparto estas palabras para invitarte a sentir la verdad que eres, más allá de lo que la mente te dice. Ser, es tu estado natural, hay una fuerza, un poder interno en ti y que lo impregna todo, que lo sostiene todo, y tu mereces descubrirlo y despertar a tu verdadera naturaleza.

Mientras vivas atrapado por la corriente de tu mente, no podrás realizar tu verdadera identidad y sufrirás creyendo en los pensamientos que llegan continuamente. Realiza tu verdad interna y deja que la fuerza que eres, se haga cargo de todo, lo quieras o no, esto está sucediendo siempre, aunque tu sigas creyendo que no es así. Se feliz en este instante, el único instante posible.

 

Carlos Navas.

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