Despierta a tu ser infinito y se feliz.

Si estas enfado, enojado, o te sientes mal con alguna situación vivida, o con personas de tu entorno, quiere decir que estas atrapado en la trampa de tu ego, el orgullo y la soberbia del personaje quieren ser dignificadas o vengadas. Ocurre que tu ego está indicándote que has de honrar alguna memoria, alguna idea o pensamiento consciente o inconsciente, sobre algo aprendido o heredado en esta hipnosis colectiva en la que vives sobre-identificado con tus pensamientos.Crees estar enfadado con «el otro» juzgándolo, condenándolo, según tu mapa de creencias, interpretaciones y condicionamientos. Pero esta postura denota gran inmadurez emocional y espiritual, ya que no nos damos el permiso de observar, que este movimiento interno, es producto de mi sobre-identificación con la mente, que trata de defender algo. Es una reacción lógica en cuanto a que no conocemos lo que somos, más allá de la apariencia humana. No hemos experimentado al ser interno, y tratamos de defender a toda costa nuestra identidad egoica, producto de nuestra ignorancia de no reconocernos en la consciencia pura del ser, innata en cada uno y que está más allá de cualquier idea o pensamiento.

A este personaje que se encarna en este sueño hipnótico, en el campo de la consciencia, le cuesta aceptar y confrontar la verdad subyacente, la consciencia cuántica que se sostiene así misma en esta experiencia de sentir, y la reacción automática es la de escapar a la responsabilidad que conlleva realizar esta verdad absoluta de experimentar al ser. Al ego le molesta hacerse cargo de la verdad, su naturaleza es crecerse con ayuda del pensamiento, en la maraña de ideas que generan más dolor en el personaje de tu vida.

La mejor opción es la de silenciar la mente, no forzando que esta pare, la naturaleza de la mente es la de generar ideas y pensamientos, sino poniendo el foco en ese espacio de ti mismo, que está más allá de las imágenes mentales, ideas o argumentos, y quedarte ahí, sintiendo ese espacio que progresivamente se irá amplificando y mostrándote la verdad. Se le llama el ser, la presencia, la consciencia pura, puedes llamarle como quieras, DIOS.

Al acceder a lo que somos en esencia, observarlo, respirarlo y quedarnos ahí, automáticamente todo cambia, todo pierde intensidad, progresivamente se pierde el drama y todo se hace más lúcido, más aceptable, más natural y verdadero. La consecuencia de acceder a este espacio innato en ti es la realización de la verdad interna. Todo lo que experimentas en la vida con tu cuerpo, es producto de tu mente, algo que cambia constantemente, lleno de formas y de ideas, pensamientos y conjeturas mentales. Tu eres el espacio de la consciencia que sostiene todo esto, el cuerpo, la mente, los escenarios que ves a tu alrededor.

Vives en una matriz divina, un juego diseñado para jugar este juego cósmico, creada por una mente que te permite ver solo un espacio muy limitado de lo que eres. Tu eres la divinidad infinita y puedes acceder a tu verdad siempre que te des el permiso.

 

 

 

 

 

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