En mi adolescencia viví una experiencia que marcó mi vida, me sentía profundamente triste, no encontraba sentido a nada, estaba completamente perdido. Me vi sumergido en una depresión acompañada de altos niveles de ansiedad. Me sentía tan ansioso y depresivo, que tuve que acudir al médico y recibir ayuda.

Por aquel entonces estudiaba pedagogía musical en la universidad de Granada y no me adaptaba del todo. Estaba triste y aunque lo tenía aparentemente todo, no sentía alegría.

Trataba de fingir que estaba bien ante los demás, pero no era así. No encontraba sentido a lo que todos hacían, la vida era un lugar extraño y sin sentido, veía a todo el mundo muy feliz y yo me sentía mal. 

Siempre he sido una persona sensible y desde pequeño me había planteado muchas preguntas sobre el sentido de la vida y la existencia de Dios.

A temprana edad fui monaguillo, desde los siete años hasta los nueve. Pero no fue a través de la Iglesia donde pude experimentar la paz de mi Ser con mayor profundidad.

Recuerdo ir caminando por la calle con mi madre y pasar por la puerta de mi colegio. Por entonces no había aún cumplido los diez años. Allí se encontraba un grupo de personas con panfletos e información sobre la Meditación Trascendental.

En aquella época todo esto de la espiritualidad era muy desconocido, pero mi madre se interesó y preguntó si la meditación era buena para ayudar en los estudios, y la persona que estaba allí respondió afirmativamente. En pocos días me vi participando en un entrenamiento para niños, donde se nos iniciaba en la práctica de la meditación, bajo las instrucciones del maestro Maharishi Mahesh Yogui, el que fuera el gurú de los Beatles en los años sesenta.

Tras algunos años de meditar con el grupo de la escuela, me retiré para continuar en solitario. Pero el mundo es tan fuerte, la mente es tan traicionera y el ego es tan poderoso, que me absorbió por completo.

Aquellos años de adolescencia me arrastraron a vivir muchas experiencias. Quería estar en el mundo y ser una estrella del rock.

Fueron años de muchas experiencias y emociones, como vivir un amor no correspondido, que se sumó

al colapso personal del que te hablaba al principio.

Fue entonces, poco después de que me diagnosticaran depresión con ansiedad, que empecé a retomar la meditación. Comencé a complementar el tratamiento médico con sesiones de terapias holísticas que me ayudaron a salir a flote con rapidez y a retomar de nuevo, con mucha más fuerza y madurez, el camino del autoconocimiento.

Todo lo que viví, me ayudo a madurar mucho y a darme cuenta de los muchos recursos y conocimientos que tenía para compartir con otras personas que estuvieran pasando por la misma situación que yo y que quisieran descubrir cómo salir de ahí.

Cuando me recuperé completamente, decidí formarme en el camino de las terapias holísticas. A mi currículum se sumaron herramientas como el Reiki, las Constelaciones Familiares, las Flores de Bach o la Biodescodificación, entre otras habilidades que he ido sumando a lo largo de mis últimos veinte años, en los que he podido acompañar y ayudar a muchas personas.

A mi proceso de crecimiento y formación tengo que sumar los viajes realizados a países como India, Sudamérica o Japón, el cual actualmente sigo visitando periódicamente junto con mi mujer que es nativa, y donde he podido encontrarme con maestros que me han ayudado a tener más recursos para acompañar a las personas que necesitan apoyo a la hora de traspasar sus dificultades.

Actualmente y desde 2005, acompaño a personas de todo el mundo, a través de sesiones online y presenciales, y si tú también lo necesitas; será un placer poder ayudarte, contáctame y hablamos.