No le des tu fuerza a lo externo, mientras pones tus esperanzas en lo que ocurre a tu alrededor, estas sumiéndote más intensamente en la hipnosis de la mente y en dar más fuerza a eso que te atormenta. Cuando una situación de conflicto se presenta en tu vida, no cambia nada que le prestes la atención cuando eso que hay que confrontar no está ocurriendo en este instante. Es importante abrirse a la comprensión de que todo lo que ocurre fuera, está sencillamente ocurriendo en tu mente. Todo lo que percibes se traduce en tu cerebro y se manifiesta como las formas que puedes ver, oler, tocar y sentir. Todo ocurre en tu mente, no te olvides de esto.
Es importante que sepas que todo lo que ves externamente y que de alguna manera te remueve o llama la atención, está relacionado con muchos de los programas instalados en la mente subconsciente que a su vez tienen relación con heridas internas aún no sanadas, por que son inconscientes.
Se trata de atender al mundo para de este modo mirar dentro y dejar de prestar la atención a lo que el mundo te ofrece y que tu le das tanta importancia. Eso que se expresa fuera, es un reflejo interno y que ocurre, no te olvides, en tu mente, se trata de minimizar al máximo la atención hacía la programación del ego y atender a tus heridas internas para que finalmente puedas morar en el espacio de paz interno que reside en tu corazón divino. La mejor manera de descubrir este espacio de paz que eres, es a través de tu propia experienciación. Por eso te comparto a continuación un ejercicio sencillo pero muy efectivo que te ayudará a vivir la paz interna que reside más allá de la atención a los pensamientos y programación de la mente-ego.
El primero paso a seguir es el siguiente: Busca un lugar tranquilo donde poder acomodarte por unos minutos, te recomiendo tomarte al menos cinco minutos para realizarlo. Una vez sentado y acomodado, cierra los ojos y presta la atención a la entrada y salida del aire. A continuación toma una inhalación profunda llenando completamente los pulmones de aire y retenlo unos segundos antes de expulsarlo muy lentamente, todo lo despacio que puedas, poco a poco y con los ojos cerrados. Ahora, respira con los ojos cerrados, de manera relajada y prestando tu atención a la entrada y salida del aire. Imagina que el Ser, o la consciencia consciente de Dios, se sitúa en el lado derecho de tu pecho, llamémosle el corazón espiritual.
Manteniendo los ojos cerrados centra ahora tu atención en este punto de tu pecho, ayudándote plenamente en la atención de cada inhalación y exhalación, pon el dedo índice, pulgar y dedo medio de tu mano derecha en el lado derecho de tu pecho, a la altura de tu corazón, y ahora presta la atención a ese punto a la vez que observas atentamente como el aire entra y sale de manera natural y sin forzar la respiración, completamente con facilidad y fluidez. Ahora date un minuto completamente atento y observa que ocurre.
Te voy a recomendar emplear una palabra mágica cargada de un campo mórfico muy poderoso. Cuando prestes la atención a tu corazón espiritual situado en la parte derecha del pecho, repite internamente y con intensidad: gracias, gracias, gracias.
Espero que puedas compartir lo que has vivido conmigo y que el ejercicio te ofrezca el maravilloso regalo de estar en tu Ser, en el Sí mismo. No digo que sea fácil en un principio, pero estas indicaciones te ayudarán a ir poco a poco estableciendo tu atención en la paz interna. Si te surge en algún momento alguna duda o necesitas algo, contáctame, estoy por aquí para ayudarte en todo lo posible. Será un placer hacerlo. Te mando un abrazo de todo corazón.
Carlos Navas.
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Juana
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MARIA GUADALUPE CHAN VALLE
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