Ejercicio simbólico, para sanar heridas emocionales y conflictos del pasado.

En este articulo te voy a compartir, un sencillo ejercicio simbólico para sanar esa herida interna que se ocasionó a través de una experiencia vivida con alguna persona o en una situación concreta.

 

Todo lo que vivimos, experimentamos y sufrimos, ocurre en la mente, en la memoria de aquello que fue, ocurrió y no he podido gestionar para liberarlo y aún recuerdo con mayor o menor intensidad pero sigue en mi. Porque fue traumático, porque me dolió mucho, porque aún tengo tanto resentimiento que no lo puedo o no lo quiero soltar, sin embargo, no hacerlo genera un dolor profundo como una espina clavada en lo más hondo del corazón.

Para ser feliz y mirar a la vida con plenitud y libertad, sería mejor sanar esas heridas apartadas, que acabaron sumergiéndose en el subconsciente y que aún activas, creemos sepultar en el olvido, en las profundidades de la mente humana. Por lo contrario, muchas de ellas que no fueron bien gestionadas, siguen activas, ya que no fueron debidamente tratadas y precisan de tu atención. 

Un acto de perdón es un buen remedio para poder iniciar un proceso de cerrar heridas que de no ser así, se van acumulando en las profundidades de la psique.

Para esto hay que entender de el acto de perdonar requiere de unos pasos necesarios que voy a enumerar y posteriormente desarrollar un poco: Se trata de la confrontación, la aceptación y del soltar o dejar ir. Estos tres pasos son necesarios para lograr una reparación y conseguir un profundo estado de perdón. Voy a explicar un poco estos tres puntos:

La confrontación

Si no estas dispuesto a confrontar y mirar esas heridas internas, si no te das el permiso, poco podras hacer. La actitud para trascender y sanar tus heridas profundas, ha de ser valiente, decidida, has de estar dispuesto a ir más allá de las limitaciones auto impuestas por tu dolor, y ser merecedor de la felicidad, que está detrás de la cortina de resentimiento al que el drama de tu ego te somete continuamente.

La memoria de ese suceso del pasado, esa información almacenada en tu subconsciente, que viaja contigo y que se activa inconscientemente cuando algo parecido sucede en tu vida, te está pidiendo a voces y ofreciendo constantemente la oportunidad de que la mires, para que la sanes.

Confrontar es una actitud imprescindible para darte el permiso de dejar de mirar fuera, y empezar a mirar adentro, para hacer frente a tu dolor y abrazar tus sombras. 

La aceptación.

Una vez que te has dado el permiso de mirar adentro, de sostener con intención firme y abierta, sanar las heridas de tu personaje, de hacerte responsable de tu vida con amor y decisión. Se da la posibilidad más saludable y trascendental, la aceptación. Cuando miras de frente esas heridas y entiendes que todo en esta vida está dispuesto así, para que de alguna manera, aprendas a abrazarlo, desde la comprensión profunda de que tuvo que ser así, para que en este instante estés donde te encuentras ahora mismo. Dándote cuenta de que fueron aprendizajes que te ayudaron a dar tus siguientes pasos en la vida y desarrollarte como el ser humano que eres, de que todo en esta vida está siendo elegido inconscientemente, y que todos de alguna manera, en este plano, somos víctimas de víctimas, dándote cuenta de que las experiencias vividas, te hacen crecer, aprender, experimentar, e ir más allá e un continuo proceso. Entonces y desde esta toma de conciencia, podrás dar las gracias a la vida y aceptar lo que fue, dándote cuenta de que ahora en este instante puedes elegir dar el siguiente paso hacía el perdón y soltar.

 

Soltar y dejar ir. 

Este movimiento, ocurre cuando he pasado por los puntos anteriores, mirar adentro y aceptar abrazando mi sombra. En este punto no queda más que mirar hacía la vida con amor, para reconocer que todo lo que ocurre está siendo en este instante y que toda interpretación o divagación solo ocurre en el limbo de la mente. Dejar ir, es un despertar al instante presente, a la realización, al perdón, pero para llegar aquí has de haber echo una toma de conciencia y proceso pasando por los puntos anteriores.

Muchas personas confunden el proceso y se saltan la importancia de vivir el duelo interno que precisa confrontar y dedicar una mirada a la sanación y aceptación de lo que fue. De lo contrario no mirar y atender esas heridas, no te permitirán alcanzar este punto tan importante. Dejar ir, es el movimiento que se produce cuando ya he sanado y liberado la energía en mi subconsciente que tiene forma de memorias y emociones acumuladas en mi subconsciente.

Este punto, el de dejar ir, es una invitación a recorrer un proceso de liberación y llegar a la conclusión de entender que todo está siendo en este instante, y que aquí y ahora en este mismo instante tu eres libre.

 

A continuación te comparto un ejercicio sencillo en tres pasos, para liberar y sanar memorias que no tee ayudan a ser feliz y que aún están en tu recuerdo, para ello vamos a seguir estos tres puntos:

1- Te voy a invitar a que durante unos segundos cierres los ojos y te conectes con la respiración. Ahora, vas a traer al recuerdo ese conflicto o momento conflictivo que tuviste con aquella persona o personas en tu vida.

 

2- Visualiza durante unos segundos con detalle ese momento y a la persona o personas involucradas. Y vas a escribir en un papel, el lugar donde ocurrió, la fecha o la edad que tenías cuando ocurrió, el motivo que conflicto, y vas a dibujar la silueta de esa persona o personas y a poner su nombre dentro, si tienes fotos de ellas, podrías pegarlas, aunque no es imprescindible para que el ejercicio tenga su efecto. Recuerda que este ejercicio es para ti, es un acto simbólico para comunicarte con tu mente subconsiente y que a las otras personas no les afectará.

3- Ahora por último una vez echo lo anterior vas a mirar el papel con todos los datos y las siluetas dibujadas con el nombre de las personas y vas a  repetir tres veces las siguientes frases:

(Te recomiendo hacerlo desde el sentir profundo y emocional para que el acto tenga su efecto).

  – En este acto simbólico yo te/os dejo con la culpa y me abrazo a la vida. (Repito tres veces)

 – Yo me libero y os libero, en este acto consciente, para mi mejor bien y crecimiento. (Repito tres veces).

 – Me amo y me acepto, me amo y me libero, yo soy paz. (Repito tres veces).

Ahora una vez dicho esto rompo el papel en ocho trozos, y los trozos los voy a quemar para trascender la información y entregarla al espacio del universo cuántico, para la mayor liberación, evolución y avance consciente posible para todos.

Ahora te toca hacerlo, vivirlo y experimentarlo, quedo a tu disposición si tienes alguna duda.

Si quieres recibir periódicamente artículos sobre cómo gestionar y trascender tus conflictos para ir más allá de la mente, suscríbete en mi página o si prefieres que te acompañe personalmente en tu proceso clicka aquí.

 

 

 

 

2 comentarios

  1. Toñi

    Hola , gracias por tu compartir,aunq es algo q ya sabía da resultado ,siempre debemos de estar abiertos aprender,y enseñar,no existe el otro sino el nosotros,el uno, amedida q me sano, contribuimos a sanar a la humanidad,la mente colectiva gracia ,un abrazo Toñi

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *