En las relaciones, la respuesta «del otro», está inducida por mi actitud, es decir, yo provoco el tipo de respuesta que va a tener el otro. En toda relación, los dos son responsables de lo que se va a producir al cincuenta por ciento de lo que ocurre. Solamente puede haber sanación o solución, si los dos asumen su parte, si se convierte uno en la víctima y el otro en el único demonio que hay, no hay solución posible.
Cuando la víctima reconoce su parte agresora, su parte de responsabilidad, entonces, se alivia, se transforma y renuncia internamente a quedarse en esa situación. Al producirse esta toma de conciencia, la otra parte por resonancia producirá un cambio.
Todos estos movimientos que son inconscientes, cuando los sacamos a la luz, se produce la sanación consciente de tu personalidad, produciendo alivio, consuelo, comprensión y permitiendo que al vivir esta liberación, puedas de manera más fácil, conectar con la fuente divina que eres, entonces el acceso a la presencia, al aquí y ahora, es más sencillo de realizar, ya que esas heridas al ser sanadas y transcendidas de tu mente, no dificultan que tu te puedas expresar en tu mayor magnitud y potencial en la vida.
Si estás dispuesta a ir más allá del drama al que te somete tu mente, quieres liberar esos hilos invisibles y soltar esos patrones de conducta que limitan tu vida, puedes contactarme y trabajaremos profundamente sobre tu tema, siempre hay un principio, pero tu eres quien ha de darse el permiso de dar el paso.
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