Todos hemos estado influenciados por nuestros entornos desde el momento en que estuvimos en el vientre de nuestra madre.
Los sonidos que nos rodearon, los niveles de estrés de mamá sufrió, la abundancia o las carencias, nuestra nutrición o falta de ella, las complicaciones, las drogas, el alcohol, las enfermedades, sucesos ocurridos en torno a mamá, la relación de entre ellos, todo esto ha jugado su función en tu desarrollo, todo ha influido, incluso los sucesos circunstanciales de los ancestros que han quedado grabados en la información epigenética antes de nacer.
Luego, la experiencia del parto, los cuidados infantiles y la «disponibilidad emocional» de nuestra madre, también han influenciado en nuestra forma de percibir, el impacto de esas primeras influencias prenatales han dejado huellas en el pequeño que fuiste.
Como niño has estado absorbiendo mucha información, procedente de tus familiares, cuidadores, amigos, y de todas las experiencias vividas con tus compañeros de colegio, etc… Todas esas experiencias, unas más potenciales que otras, han quedado grabadas en tu mente subconsciente. Todo esto crea la piscina en la que flotamos, o nos hundimos. Inevitablemente, el agua estará un poco sucia, o incluso puede se parezca al lodo.
Lo que ocurre cuando somos adultos, es que en ocasiones y debido a las experiencias y situaciones que vivamos, estaremos en muchas de ellas como flotando y en otras hundidos en el barro, abrumados por los pensamientos negativos, emociones, dudas o miedos.
En terapia, el objetivo debe ser limpiar toda esta suciedad y barro con paciencia, constancia y delicadeza, poco a poco, hasta que podamos liberar toda esa oscuridad de lo que fue y podamos respirar con plenitud y flotando sobre el agua limpia de la consciencia pura.
También debemos aprender a no echar más barro a la piscina, y aprender a valorarnos de tal manera que no permitamos que otras personas lo hagan. Muchas personas prefieren soltar su barro en otras para así no atenderse y vivir en una actitud de parasitos, sin limpiar su propia suciedad.
Señales de que tu Niño Interior está herido.
Las señales más claras se expresan a través de una baja autoestima, a través de tener una mala imagen corporal de sí mismos, altibajos y desequilibrios emocionales, problemas a la hora de poner límites demasiado rígidos o demasiado débiles, problemas para comer, dificultades sexuales a niveles psicológicos, problemas de identidad, cuando se es muy rebelde, acaparador o acosador, cuando se vive desde la actitud del victimismo continuo, cuando se es un super-cumplidor, problemas con el compromiso, una falta general de confianza en ti mismo y en los demás, comportamiento criminal, mentira excesiva, ser excesivamente responsable de los demás, ser duramente competitivo y mal perdedor, dependencias y adicciones, falta de amigos genuinos, comportamiento obsesivo y necesitado, miedo a las figuras de autoridad, ser manipulador, pasivo o agresivo.
Estas son algunas características a tener en cuenta a la hora de decidir trabajar y conectarnos con el niño interno
¿Qué puedes hacer para ayudarte y conectar con tu niño interno herido?.
Busca una fotografía de cuando eras pequeño, esto te ayudará mucho a reconectar con tu niño interior de manera más profunda y empática.
Te comparto una imagen de cuando yo era pequeño:
A menudo es más fácil sentir compasión por otras personas que por ti mismo y es posible que hayas rechazado e ignorado el anhelo de tu Niño Interior durante muchos años sin saberlo hasta este instante. Siempre hay un primer momento para empezar no te preocupes.
La invitación es a la de transformarte en el padre de tu niño interno y que dediques unos minutos cada día a mirar la imagen de esa figura que fuiste en un pasado y comiences a tomarlo en cuenta como si estuviera realmente ahí contigo. Lo está pero ves la imagen de un adulto cada mañana en el espejo, pero en lo más profundo de ese personaje que se mira al espejo por la mañana aún sigue estando ese pequeño inocente y con ganas de que lo cuides.
Tomate unos minutos para mirar la foto y con amor, sensibilidad y mucha calma decide atender a esa figura que un día fuiste y te comparto algunas sugerencias:
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Mirando la foto, recuerda lo especial y maravilloso que eras de niño.
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Háblale amablemente a su niño interior cada día, utiliza una voz interna amorosa y suave, educada y reconfortante.
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Dile que ahora lo amas, valoras y aprecias.
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Asegúrate de decirle que no tiene que demostrar su valía ante nadie.
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No tiene nada por lo que sentirse culpable o avergonzad@. Nada de lo que le pasó fue culpa suya. El/ella no merecía ser tratad@ mal. Era completamente inocente.
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No tenía ningún medio de escape, ya que no podía decidir, pero ahora es libre y está contigo.
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No hay nada malo en el / ella. Dile lo orgullos@ que estás de el/ella.
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Dile que eres su cuidador, y que estará siempre con el/ella de ahora en adelante. Todo estará bien y nunca lo dejarás sufrir.
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Dile que no ha de temer quedarse solo/a, porque siempre estarás ahí para el/ella.
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Discúlpate por no haber sido consciente de su dolor y necesidades en el pasado, y por presionarl@ demasiado a veces para tratar de impresionar a otros.
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Asegúrele que a partir de ahora solo permitirás acceder a su mundo a personas confiables y respetuosas que ofrezcan amor y que os acepten tal y como sois, sin exigencias. Dile que no vas a tolerar que sea maltratado por nadie, puesto que lo vas a cuidar muy bien.
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Asegúrele que estarás siempre a su lado para hablar en su nombre y apoyarla cuando lo necesite.
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Pónte de acuerdo con tu niño interno para utilizar un símbolo para sentirse segur@ cada vez que sienta la necesidad de escapar y estar sola con su angustia. Por ejemplo he utilizado con mis clientes, una burbuja flotante, una nave espacial, un teletransportador , un globo aerostático. Cualquier cosa que se te ocurra que pueda asociar con la libertad.
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Pregúntale cómo se siente y que necesita. Imagínate sentado junto a ese pequeñ@ niñ@, poniendo su brazo alrededor de sus hombros y suavemente acercándola a tu corazón.
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Ella o él tiene un hogar en tu corazón del que nunca tendrá que irse. Ella o él, esta a salvo contigo
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Si ella o él quiere llorar, déjal@ llorar. Acepta todos sus sentimientos y no reacciones negativamente a lo que surja. Se paciente con ella o él.
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Recuerda que la curación ocurre en diferentes formas y que requiere de paciencia y tiempo. Prométete a hacer lo mejor que puedas para traerle la alegría que le ha faltado a su vida, y esto será una curación profunda para ambos.
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Piensa en su curación emocional como si fuera la curación física de una herida, paso a paso. Mantenga la herida libre de contaminación. Evita personas y ambientes tóxicos. Nunca dejes que trague más veneno, especialmente si sigues en contacto con miembros de la familia tóxicos. Date un tiempo para estar contigo.
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Recupera aquellas cosas que te trajeron alegría cuando eras niño. Asegúrate de celebrar la vida, de vivir tus cumpleaños y fiestas que para ti de pequeño eran tan importantes. Celebra todos los logros que consigas y permítete darte mimos y premios, como un helado.
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Escucha y canta canciones de tu infancia.
Disfruta de tu niño interno que ves en la foto y permítete abrirte a él o ella en la medida de lo posible, ve de a poco, cada día un poquito, yo llevo una imagen de mi niño en el teléfono móvil y cada día dedico cinco minutos a mirarlo, tenerlo en cuenta y sonreírle al pequeño que fuiste. Recuerda que tu eres libre y que en tu corazón reside un poder infinito llamado AMOR.
No dudes en contactarme si necesitas ayuda en este proceso, será un placer acompañarte en este viaje interno hacía esa liberación que tanto necesitas. Te mando un abrazo de todo corazón.
Carlos Navas
María Ruiz Muñoz
Carlosnu
ANNY
Nathaly
Carlosnu